martes, 18 de septiembre de 2012

Alquimista Parte 1

Santiago es un pastor chavo que por sus ganas de conocer nuevos lugares de pastor, cuidando sus ovejas y llevándolas al pueblo para vender su lana, Santiago, tiene una vida tranquila, pero sin tiene un extraño sueño que le indica la ubicación de su meta en la vida, un tesoro. Santiago va con una gitana que le dice el significado de su sueño, que ese tesoro es real y que por haberle dicho eso, la gitana, pidió un diez porciento cuando él encontrara el tesoro. Confundido, el joven, esta en una plaza leyendo un viejo y pesado libro cuando se aparece un viejo, que le empieza a hacer preguntas a Santiago, y este molestándose intenta irse, pero recordando las enseñanzas de su padre no es grosero con él y mejor se queda con él. El viejo dice que es un libro que habla sobre lo que todos hablan y no vale la pena leerlo. Santiago, increíblemente asombrado, le pregunta que si ya lo había leído a lo que el viejo le responde afirmativamente. El viejo le cuenta que es un rey, el Rey de Salen. Le vende el parte de sus ovejas y el misterioso Rey le da unas piedras místicas, una negra y una blanca, y le contó una historia y le dijo que la meta en la tierra de todo hombre es su Leyenda Personal, encontrarla y alcanzarla. "Cuando una persona desea realmente algo, todo el universo conspira para que realices tu deseo" fue la frase que dejo plasmado el recuerdo del viejo rey en el muchacho. Pasa en barco en por el Estrecho de Gibraltar de España a África. En una tierra extraña, donde todos hablan lenguas extrañas y tienen unas costumbres y forma de vestir muy diferentes. Donde reinan los ladrones y bandidos y no podías confiar en nadie. Cuando es robado se siente miserable y tonto. Ayudado por un noble hombre se vuelve a aventurar a las calles del Tánger hasta encontrar con un negocio de Cristales, en el cual entró y empezó a limpiar los cristales en exhibición, el dueño percatándose de esto dejó que hiciera lo que estaba haciendo sin decirle nada, después con señas empieza a decirle que tenia hambre y lo pasó a un comedor donde el dueño le habló en español y le dijo que no era necesario haber limpiado los recipientes, porque su religión lo obliga a darle de comer al hambriento, a lo que el muchacho pregunta asombrado entonces porque lo había dejado limpiar los cristales a lo que el responde que necesitaban limpiarse de vez en cuando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario